Juan's World

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Entrevista con Diego Barber: Amplificación y la guitarra clásica, parte 1

Mi nuevo artículo en la revista Classical Guitar describe estrategias, técnicas y equipos para amplificar la guitarra clásica. Entrevisté a varios guitarristas de clase mundial e investigué varios amplificadores y otros productos de refuerzo de sonido. En esta serie de blog, incluiré las transcripciones completas de la entrevista con guitarristas clásicos, incluido Diego Barber (de las Islas Canarias, España, pero que actualmente reside en Nueva York); Xuefei Yang; Ben Verdery; y Manuel Barrueco, así como Ed Tretreault, quien maneja el sonido y enseña grabación en el Conservatorio Peabody de la Universidad Johns Hopkins. (Lea el artículo “Amplificación y guitarra clásica: la búsqueda de colores naturales”.)

Aquí presento mi entrevista con Diego Barber, que se presenta en el español original y en inglés. 

JW: Bueno, primero, ¿Cuál es tu enfoque general o tu filosofía hacia la amplificación de guitarra clásica? Por ejemplo, ¿es un mal necesario, o crees que es algo que puede ayudar a dar forma al mensaje de las guitarristas para la audiencia? ¿O un poco de los dos?

DB: Bueno, el enfoque general, o la filosofía de amplificación, yo lo veo mucho en la clase, o el estilo, de música que se toque con la guitarra de nylon, en mi caso la guitarra clásica. Tiene para mí mucho que ver en la clase de música que se va a tocar con la guitarra clásica, y la agrupación, teniendo en cuenta que no existe ninguna amplificación en el mundo que nos pueda igualar el sonido que tenemos los clásicos con la uña… limándonos la uña 24 horas al día. Entonces, realmente teniendo en cuenta esa mentalidad clásica, que yo también la tengo, es un mal menor, realmente. Lo he pensado mucho y estoy muy contento con lo que he conseguido ahora con mi amplificación, pero realmente no tengo ninguna filosofía de amplificación. De hecho, si puedo, si la puedo evitar, lo evito.

Entonces, claro lo he pensado un poco, y obviamente cuando tocas con incluso música de cámara en un contexto clásico, es un instrumento bastante pobre en dinámica. Tiene un sonido que ni siquiera es un violín un cello vocal, o un pianoforte con cierto volumen, sino realmente la guitarra clásica es un sonido que proyecta y se cae muy pronto, y entonces, incluso en agrupaciones de cámara ya se necesita amplificación. Ni hablar de otros mundos, que, en mi caso, muchas veces es de “jazzero”, se necesita siempre.

 

JW: Tú actúas en muchos estilos y configuraciones que no son estrictamente clásicos, como la fusión de jazz y flamenco y música clásica, todo como una paella de música, pero tocando la guitarra de nylon, así que eso tiene que ver con tu enfoque de amplificación, ¿no?

DB: Sí, totalmente. Yo siempre parto de la base de que, si puedo evitar la amplificación y tocar con mi sonido natural, mejor, pero John, en realidad esos casos son solamente para conciertos de guitarra clásica, exclusivamente. E incluso no en todas las salas, porque no son siempre iglesias con reverberación, pero es cierto, que incluso con salas secas, más grandes o más pequeñas, teniendo una buena guitarra clásica, se puede tocar sin amplificación. El problema es con cualquier otra agrupación. ¿Sabes? Yo ahora estoy muy feliz, pero yo pasé muchísimas ansiedades con esto de la amplificación, siempre descontento, nunca consiguiendo el sonido que buscaba, o el sonido que había trabajado. Entonces yo lo tengo muy claro, siempre que toco jazz, siempre que toco con agrupaciones, voy con mi amplificación, y lo cierto es que después de probar muchas cosas que buenos después de probar muchas cosas estoy cercano a lo que es mi sonido. Entonces, básicamente siempre veo la agrupación y cómo será la sala, pensando en si debo o no llevar la amplificación, que es casi siempre es que sí, en este momento de mi carrera.

JW: ¿Cuándo vas a tocar la guitarra en una gran sala de concierto, o un festival, qué tipo de conversaciones tienes con el ingeniero de sonido? ¿Comunicas con el ingeniero por adelante, o solo el día del espectáculo? ¿Qué está involucrado en la prueba de sonido?

DB: Pues, intento tener, ya no mi sonido, sino el sonido de amplificación, tenerlo parecido en cada concierto, y eso es tan difícil. Se cambia la sala, el sonido cambia, se cambia hasta la humedad, o si está seco, porque claro, tengo una guitarra que básicamente es como un ser humano, que la afecta la humedad, cualquier cosa se la afecta. Entonces lo que sí intentó hacer, todo el trabajo que yo pueda hacer en casa, tenérselo hecho al ingeniero, y, sin juzgar al ingeniero, porque es verdad que hay gente que te da grandísimas ideas, pero con tantos conciertos y con tantas opiniones, yo solo les digo una cosa, que es, “por favor, te doy el enchufe, después de todo mi equipo, todo el sonido que tengo aquí, y sácalo, sin ponerle nada.” Porque, de verdad, que como el ingeniero se le ocurra empezar a tocar, estás en manos de otra persona cada concierto. Sé que hay gente que me podría ayudar, o incluso mejorarme el concierto, en un momento dado, pero prefiero no arriesgar. Porque yo me ha pasado tantas cosas. Y, además, hay una cosa en que yo sueño, que es tener un cable tan largo, que es imposible, para poderme ir fuera y escucharme a mí mismo. Porque también he llamado a mis amigos para tocar la guitarra, pero tampoco tienen mi sonido, entonces es tan complicado, de verdad, yo ahora estoy muy feliz, pero antes tenía realmente ansiedad, no era feliz, de saber que cada vez que iba a tocar un concierto no tenía mi sonido. Entonces básicamente intento hablar lo menos posible con los ingenieros, y no les pido nada porque lo llevo yo todo. No me arriesgo a que me den un pedal de inyección que no sea el mío, que me den un enchufe diferente al mío, me llevo todo y siempre les digo, “toma el cable y no toques básicamente nada.”

Diego Barber (Photo credit: Pete Karam)

Diego Barber (Photo credit: Pete Karam)

 

JW: Algunas de las guitarristas clásicas tradicionales, digamos, van a depender en el ingeniero para el sonido de amplificación en el concierto, pero tú traes tu propio equipo y es, “por favor, poner esto en el tablero de mezcla.”

DB: Exacto. Claro, para eso hay que llevarlo todo, que después hablaremos un poquito del equipo, pero si el sonido de la guitarra sin electrificación cambia por la sala, pues incluso más si imagínate ya con batería, con saxo, con bajo, es demasiado arriesgado para cada vez que tocas. Así que, quiero hacerlo de esa manera. Y nunca hablo mal de los ingenieros, es simplemente intentar yo controlar lo máximo todo eso.

JW: Además la guitarra de nylon, especialmente, es muy difícil de amplificar. Muchos ingenieros no tienen tanta experiencia con estas guitarras, es parte del problema. 

DB: Si, es en parte eso. Antes de tener claro lo que quería, a veces me ponían cualquier micrófono ahí, y de pronto una guitarra de 16 mil euros se convierte en una guitarra de 200, en un segundo. Y de estar tocando bastante fuerte, te conviertes en un niño pequeño.  

JW: ¿Cuáles son algunas experiencias positivas, y también negativas, que has tenido en respecto a la amplificación?

DB: Bueno, las negativas: que tengo para mí el mejor equipo posible para amplificar, pero hay un pequeño problema: que se puede romper en cualquier momento. En el equipo son tres cosas juntas—la guitarra, el cable, y la amplificación. Si se fastidia uno de los tres, se anula el concierto. Nunca pasa nada y no debe pasar, pero cualquier cosa que pasara, se acabó. No es que se pueda fastidiar el amplificador y cojo otro, sino el equipo está pensado como todo en uno, entonces la parte negativa es que siempre tengo mucho miedo a que pueda fallar algo de las tres. Es como que no sólo tu guitarra sino el abanico de fallos se abren posibilidades. Y la parte positiva, fue la primera vez que me di cuenta de que podría estar en un club de jazz de Nueva York tocando con jazzeros, y con una guitarra que podría estar al nivel de volumen y no forzando la guitarra, sino haciendo dinámicas. Recuerdo que la primera vez que dije, “ostras, es que si me pongo a hacer tres portes puedo hasta taparlo”—eso fue la primera vez positiva, que fue donde me desaparecieron todas mis ansiedades al respecto. Llegué hace trece años a Nueva York, y yo ya conocía el equipo, porque este equipo es para los guitarristas que tocan con orquesta—el amplificador es una cosa muy pequeñita y el volumen que te da es hasta un pianoforte. En uno de los primeros conciertos que di con Ari Hoenig, batería, y Johannes Weidenmueller, contrabajo, y de repente me di cuenta de que podía ser dinámica, que no era sólo tocar a ver si se me podría escuchar.


JW: ¿Usas amplificación en salas más pequeñas, o en conciertos en casas particulares?

DB: Si puedo, toco sin amplificación. Ahora mismo, yo puedo presentar exclusivamente con el repertorio clásico, o solo mi música, o también en varias formaciones. Y sí, a veces he presentado conciertos particulares, o en salas enanas, pequeñísimas, de 20 personas sentadas en el suelo. Entonces sí es verdad que he llegado a tocar sin amplificación con contrabajo, o con algunos percusionistas, gente que controla mucho las dinámicas y que conoce perfectamente las limitaciones de mi instrumento. Pero esos son los que te conozcan, así que normalmente traigo amplificación a casi todos los sitios, incluso hasta las salas pequeñas. Tu conoces los clubes de Nueva York, hay algunos más grandes, pero muchos son sitios pequeños. Eso uno de los encantos, para mi, de Nueva York. Entonces, es muy difícil que no lleve la amplificación. Si voy a dar un concierto de guitarra sola, y veo que es en una sala o en una iglesia, voy solo con mi guitarra. Bueno, jamás he tocado en Carnegie Hall, pero he tocado en salas grandes, en con mi guitarra doy sonido sin amplificación, con todo el Carnegie Hall. No a un gran volumen, pero llega a todos sitios porque son guitarras muy potentes y proyectan mucho. Desde el momento que viene un grupo de cámara, o un grupo, o otras formaciones ya todo esto desaparece.

JW: Personalmente, toco bastante en salas como en casas, conciertos pequeños en casas particulares, y llevo mi equipo de amplificación, pero lo pongo muy bajo. Nunca sabes como va a ser, y me gusta tener un poco de refuerzo.

DB: Sí, un refuerzo. Y lo que tú comentas, también hace que toques con más dinámicos, porque también estar tocando casi sin escucharte, que hemos visto muchas veces. Después preguntas a la gente y dicen, “no, no, se te oía,” pero hay que estar tocando así de fuerte, que no hay dinámicas, no hay pianos, tienes que ser continuamente golpeando la guitarra sin ninguna dinámica más que tocar fuerte. Además, eso es una de las cosas buenas, también, de nuestro instrumento, la dinámica. Es un instrumento con muchísimas dinámicas. No recuerdo quien decía, un grandísimo compositor, que la guitarra sonaba como a un clave barroco, pero con dinámica, y me gustó mucho. No sé si fue Liszt o quien que decía eso, pero me gustó, porque la guitarra es impresionante las dinámicas, como la mayoría de los instrumentos de cuerdas. Entonces está claro, si tocas en una sala pequeña y te refuerzas con algo, si hay ruido, o empiezas a escuchar coches por fuera, que también me ha pasado, ruidos de la calle, subiendo el volumen un poquito te sientes más a gusto. Y eso implica directamente porque eso sí, que lo ha pensado mucho, soy mejor guitarrista con una buena amplificación. Y me pone una mala y es como si me quitaran mil horas de estudio encima.

JW: Hablamos un poco del equipo: ¿qué equipo usas regularmente? ¿qué tipo de amplificador? ¿y usas, por ejemplo, pedales o micrófonos especiales?

DB: Mi equipo básicamente son dos guitarras, una de cedro, y la otra de palosanto, que son ambas de Paco Santiago Marín. Después utilizó un amplificador pequeñito, que es un sistema de Stephan Schlemper. Es un alemán, y vas el viernes a su casa y te vas el domingo con todo montado. Es una pasada, porque vas un fin de semana a Düsseldorf, creo, y él tiene un taller en su casa, tú te quedas en su casa y te monta todo. Hay veces que te hace salir del taller, son cosas de los lutieres que no quieren que veas alguna cosa. También hace guitarras. Claro, es un sistema bastante caro, 4-5 mil euros, así que se haga en una guitarra que sea buena. Otro problema que tiene es que él hace un agujero en la guitarra, donde menos le duele a la guitarra, pero hay que saber que se pierde un 5 por ciento del volumen real de esa guitarra, sólo con ese agujerito. Lo bueno de este amplificador es que se lo está haciendo para guitarristas clásicas. La primera vez que vi está amplificación, yo vivía en Atenas. Estaba estudiando con Costas Cotsiolis, y en el Conservatorio Atenas, y fue la primera persona que vi es amplificación y me impresionó. El Stephan Schlemper se lo había construido para tocar con orquestas, y como es luthier respeta, digamos, todas las paranoias de un guitarrista clásico. Se oye el ruidito de la uña cuando no está bien limada, cuando haces los cambios de dedos, y las dinámicas, en una pasada, la verdad. Por eso me parece un tema interesantísimo, porque me imagino que hay gente en el mundo sufriendo mucho por eso, porque de verdad, me salían conciertos en Nueva York que no quería hacer. Porque eran conciertos con gente con mucho nombre y no quería que me oyeran con un sonido que no era el mío. Eso no le pasa a ningún otro instrumentista, bueno, si pasa, pero no a tanta escala.

Diego Barber (Photo Credit: Pete Karam)

Diego Barber (Photo Credit: Pete Karam)

 

El sistema tiene un amplificador, un cable especial, y después él pone un micrófono en la caja, y los diamantinos del piezo (piezo pickup) detrás en el clavijero. Entonces tienen dos controladores: de los micrófonos del puente y del micrófono que tienes en la caja. Y después, como a veces las salas son muy secas, me llevo un pedal de reverb, que es de TC Electronic. Es un reverb muy natural que hace como si la sala fuera un poquito más grande. Y utilizo el pedal de inyección (DI box) que para mí es muy importante, que es Kv2. Hacen en un sistema de sonido no específico para guitarristas; ponen sonidos en conciertos, en el Circo de Soleil. Es un pedal de inyección increíble, que hace básicamente que le pueda dar el cable al ingeniero y decirle “no toques nada.” Me asegura que todo el sonido que tengo de mi amplificador va a dárselo activo al cien por cien de calidad. Si puedo pedir los monitores en conciertos grandes que también sea Kv2. Si mi amplificador le da el público tiene un súper sonido, pero el sonido que escucho del monitor es malo, yo soy peor guitarrista.

JW: ¿Has usado algún tipo de procesamiento de sonido, por ejemplo, retrasos digitales, o loopers?

DB: He utilizado loopers, por lo menos hacía años en mis conciertos, cuando me gustaba tener varias guitarras a la vez, y me parece que da un juego increíble. Estuve utilizando si mal no recuerdo era un Boss looper. Ahora estoy involucrado en un disco electrónico y estoy un poquito experimentando más. Pero soy, digamos, como esos clásicos de sonidos, de hecho, me llevo el reverb por si caso, porque es verdad que hay veces que aquello está seco y no hay manera. Mi música por ahora no necesita de esos efectos.

JW: Has grabado mucho. ¿Qué crees son las diferencias entre amplificación en vivo como grabar en estudio?

DB: Es un poco norte y sur, claro. Por ejemplo, en un estudio sé exactamente el micrófono con el que voy a grabar. No es una lotería, como en cada concierto, que te venga el ingeniero y dice “trabajamos con esto.” Sabes perfectamente la distancia del micrófono a la guitarra. Sabes la acústica, controlas la humidificación de la habitación, que yo a veces me gusta mucho dejar las guitarras con los estuches abiertos para que se hagan a la del estudio, para que no estén modificando en tiempo real también por una cuestión de asignación. Entonces es todo tan controlado en el estudio, cosa que es totalmente diferente en directo, que estás en manos de la situación, si hace viento, si tocas adentro o afuera, que ingeniero, que cables y altavoz. Lo cierto es que en un estudio puedes tenerlo todo bajo control y todo controladísimo y puedes tener alguna sorpresa, pero muy pequeña. Y de verdad que hasta hace muy poco mis conciertos en directo eran una moneda al aire: salía cara, sonidaso, salía cruz, un sonido de mierda. Era así. De todos modos, jamás utilizaría este sistema para grabar un disco, porque no está al nivel, como de esos micrófonos de estudio de Nueva York que cuestan tanto dinero, y que hasta se oye el corazón.

JW: He escuchado tus discos y tienen mucha instrumentación, pero se oye la guitarra clásica muy natural.

DB: Eso es lo que buscamos, los guitarristas de nylon, ya por no decir clásicos, una guitarra flamenca o una guitarra clásica. Por eso tenemos nylon, por la naturalidad que buscamos. En el sonido de mi disco estoy muy contento—mi productor, Pete Karam, que ha sido el ingeniero de Pat Methany, he grabado varios discos con él.

JW: ¿Cuándo piensas hacer tu próximo disco?

DB: Ahora tengo dos proyectos. Uno voy a grabar so 20 sonatas de Scarlatti; 10 sonatas las voy a tocar yo solo, y las otras 10 sonatas para guitarra y voz. Voy a grabar el disco con Theo Bleckmann, un cantante muy conocido, y un amigo que es mucho más experto en la música barroca, me está haciendo pequeños arreglos. Lo voy a grabar ahora en una iglesia de España que tiene un sonido, muy natural. Y después por otro lado, me he embarcado en un disco de electrónica donde casi no toco la guitarra. Claro, allí me estoy arriesgando mucho, pero estoy muy ilusionado con ese disco. Y aparte me queda bastante vértigo el grabar disco sin la mayor fuerza que es la guitarra, pero por otro lado aprendo mucho. Al final, uno intenta estar lleno y hacerse fiel a lo que le sale, ¿no?

JW: Bueno, espero que algún día nos podemos ver en Nueva York, o Washington, DC, o en España.

DB: Muchísimas gracias por todo, y de nuevo gracias por el interés y por esta entrevista. Hasta luego.